Martín Berasategui

Lo que empezó siendo una anécdota curiosa, con el tiempo ha creado un relato maravilloso: “Cuando mandamos un lote de nuestros mejores cortes de cordero a Martín, no solo emprendimos una colaboración de manera inmediata y fluida para sus restaurantes, sí no que nos encargó 20 picañas fileteadas de cordero para el cumpleaños de su hija, que se celebraba esa misma semana”.

Desde entonces esa pasión que compartimos en nuestra manera de entender lo que hacemos y lo que nos gusta, o como Martín lo expresa: ¡garrote!, ha fraguado una relación entre ambos que bien podría definirse ya de amistad.